domingo, 8 de noviembre de 2009

Anna Karina (I): Una mujer es una mujer


Buenas, soy Nacho y quiero hablaros de mi actriz favorita, la divina Anna Karina, musa por excelencia de la Nouvelle Vague y actriz fetiche de Godard, con el que llegó a trabajar hasta en siete ocasiones y con quien contrajo matrimonio a principios de la década de los 60, época en la que se fraguarían los títulos más recordados en la carrera de ambos . Precisamente acudiré a dos de ellos, Una mujer es una mujer y Vivir su vida, para explicar la fascinación que me produce esta señorita en dos registros completamente enfrentados que ella dominaba muy bien: la comedia y el drama.

1. Anna Karina sonríe: Una mujer es una mujer.


Godard, joven e insolente, sigue la senda abierta por la esencial Al final de la escapada (esa película que lo cambió todo) y construye un artefacto cómico-sentimental sobre arquetipos y claves propias del cine romántico. Karina interpreta a una stripper que quiere quedarse embarazada, deseo éste que chocará con los intereses de su novio (Brialy) y que la arrastrará a los brazos del mejor amigo de éste (Belmondo), generando un caos emocional en el que nuestra heroína acabará atrapada. Aunque la película reflexiona sobre la naturaleza del amor y los conflictos de la vida en pareja (convenciones, recelos, secretos y mentiras), lo interesante es el modo en que Godard plasma visualmente todos estos elementos e interrogantes: cargado de ironía, utiliza la puesta en escena para analizar las formas de representación que el cine ha erigido y perpetuado para hablar del amor y los sentimientos, en un camino que le lleva de la burla a los recursos más manidos del género a la efusiva expresividad formal de un Jacques Demy. En última instancia, lo que hace es reírse de todo el cine romántico facturado hasta la fecha, dinamitándolo desde dentro y, en cierto modo, reinventándolo, a base de osadía e imaginación.

La interpretación de Anna Karina (merecedora del premio a la mejor actriz en el Festival de Berlín) se deja contagiar del carácter libérrimo de la propuesta, en una entregada recreación que logra un equilibrio perfecto entre la picardía y la candidez, unidas ambas en un milagro de espontaneidad y talento. Lo que queda es una cinta a contracorriente y difícil, de narrativa quebrada y caprichosa, que atenta contra el modelo narrativo tradicional y que plantea ideas interesantes sobre la comunicación en la pareja, la comprensión del otro y los vaivenes del deseo.

1 comentario:

  1. ¡Buenas tardes Nacho!
    ¡Oh! me ha encantado el video de YouTube que has subido, Anna Karina no solo es guapa tambien tiene una voz de lo más tierna, aunque la interpretación ha sido de lo más sexi.
    Un saludo.

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