miércoles, 18 de noviembre de 2009

El Apartamento, de Billy Wilder (II)




Sinopsis

C.C Baxter (Jack Lemmon) es un empleado contable de una gran empresa de seguros en Nueva York. Ha descubierto la forma de "ascender" en la empresa, que consiste en ceder su apartamento por horas a varios directivos, para que ellos lleven a sus amantes de turno. Esto le ocasiona numerosos problemas que el, con "mano izquierda" irá resolviendo poco a poco. Un día se le presenta un problema difícil de resolver. Buxter se enamora de Fran Kubelik (Shirley McLaine) una ascensorista de su empresa que es amante de su jefe(Fred McMurray). Baxter se debate entonces entre el amor o la recién encontrada prosperidad laboral que él tanto había deseado.


El Apartamento es para mí casi la mejor película de Wilder y una de las mejores películas de la historia. Y eso es difícil de decir, teniendo en cuenta que en el lustro que va desde 1957 hasta 1961, este señor se marcó peliculones como Ariane, Testigo de cargo, Con faldas y a lo loco y Uno, dos, tres
Como dije en la anterior entrada, esta película resume perfectamente los grandes valores de Wilder como cineasta, en todas sus facetas.
Primero, como guionista. Este guión, coescrito con IAL Diamond (Izzy como le llamaban los que tenían confianza) es, y esto es mi opinión, pero pocos críticos piensan de otra forma, uno de los más perfectos, a poco que lo analicemos, de la historia del cine.

Por un lado, por el ritmo que tiene, por la cadencia de acontecimientos, por como nos va llegando y dejando caer la información.




Por otro lado, por la perfección técnica, sí habéis leido bien, que tiene. Ninguno de los acontecimientos es gratuito, todas las subtramas, por pequeñas que sean, se cierran, tienen un desenlace y se justifican alrededor de la historia principal. Los personajes están perfectamente "dibujados" y además, se nos presentan de manera sutil, inteligente, sin tomar por tonto al espectador pero sin distraerlo innecesariamente.
Y por último, por todo lo de transgresión que tiene, por mostrarnos una América que había pasado unos felices años 50 sumida en un engaño, el engaño de las familias perfectas, de los padres y maridos entregados que aparecían en los anuncios de Coca-Cola o de Lucky Strike (vaya referencia a Mad Men que me acabo de marcar)cuando todo no era más que una ilusión, cuando en realidad el mundo laboral en el que se habitaba estaba lleno de alienación, adulterio y "trepas".

Y no nos podemos olvidar, y en esta película de manera más especial, del Wilder director.

El ritmo de la película es simplemente el adecuado, lo que no es poco, si no todo lo que hace falta. El mundo del cine está lleno de "obras maestras" de ritmo irregular, o lento en el mejor de los casos. Y en el cine moderno, con la evolución del lenguaje fílmico, a veces "se corre" demasiado (se dan cosas por sabidas)El montaje, la conjunción de la música con las imágenes (ninguno de estos aspectos demasiado pretencioso, como es norma en Wilder, sabedor de que la historia si es buena se cuenta por sí misma)contribuyen a este efecto, a esta sensación de película que ha durado lo que tiene que durar y no se nos ha hecho pesada ni nos ha dejado vacíos.

Y el trabajo con/de los actores es sencillamente genial. Jack Lemmon se transfigura en el clown de las oficinas de los 60, en el payaso que nos hace reir con su desgracia. Es conocido que Billy Wilder lo dejaba improvisar, dar sus toques, crear su personaje. Shirley McLaine, todo candor pero nada de ingenuidad (su personaje es una contradicción) una inocente muchacha manteniendo una relación adúltera, todo un reto que resuelve con la mayor de las dulzuras. Y por último, el a veces olvidado Fred McMurray, que está estupendo en su papel de contención. De contención de la verdadera maldad que encierra su personaje, de contención del desastre que es en realidad su vida y de contención de los divertidos arrebatos de Jack Lemmon.

Os dejo un vídeo que resume la vida del pobre Baxter. Disfrutad.


No hay comentarios:

Publicar un comentario